Un día de estos salí a recorrer el parque del Retiro. Algunas semanas atrás había llegado a él por otra de sus enormes entradas, pero en esta ocasión me topé con diferentes tesoros dentro del mismo parque. ¡Son 118 hectáreas!
La suerte que tuve fue que este fin de semana llegó el veranillo San Martín, que usualmente deja ver el sol durante unos días de noviembre. Hay un refrán en la ciudad que dice “Veranillo San Martín, tres días y ¡fin!“, pero este año ya lleva como cinco.
Gracias a ese pequeño verano, la temperatura estuvo más cálida a lo largo del país. En Madrid se alcanzó los 20°C y en las costas un poco más caliente.
Mientras caminábamos por el Retiro, llegamos a un lugar, me imagino que muy común para los madrileños, pero para nosotros los latinos, o al menos para mí, fue bellísimo encontrar: el Palacio de Cristal.
Fue construido en 1887 e inspirado en el Crystal Palace londinense. Su estructura es de metal cubierta por planchas de cristal, de ahí su nombre. Es pequeño pero hermoso. Hoy en día, se usa para exposiciones de arte contemporáneo, durante estas semanas está presente una parte de Danh Vō con Destierra a los sin rostro.
Todo fue muy mágico: el sol, los lugares, los colores de la naturaleza, las personas disfrutando. En fin, parece importante siempre valorar lo que nos rodea, no dar por un hecho que lo maravilloso que tenemos al lado siempre lo tendremos.
Ese día no me resistí en estrenar mis tenis Nike: Air Force One, junto a un vestido de mezclilla de Zara y mi abrigo gris que no podía faltar (me dio miedo que el veranillo se me fuera rápido).
Un abrazo muy fuerte desde Madrid,
Ari.