Les he compartido algunas de mis visitas de moda en París. Sin embargo, esta que les escribo hoy tiene un valor sorprendente porque no podemos entender la moda si no miramos hacia atrás, muchos años atrás.
Así que me adentré en la exposición La Mode Retrouvée presentada en el Museo de la Moda de París. Es un paseo histórico por las prendas y objetos de la Condesa Greffulhe.
La Condesa, nacida en 1860, fue conocida como la mujer más bella de París, ícono de la burguesía que rompió todas las barreras sociales y se relacionó con la clase baja por medio de trabajos caritativos y financiación para eventos culturales.
Fue amante apasionada de la moda. Diseñadores como Frederick Worth (padre de la Alta Costura), Jeanne Lanvin y Mariano Fortuny son algunos de los grandes creadores de piezas para ella.
Tuve la oportunidad de contemplar los vestidos y accesorios. Observé los detalles rígidos de la Belle Époque parisina, clásicos, elegantes, voluptuosos e imponentes. Cargaban muchos detalles, prendas de terciopelo, vestidos muy brillantes, plumas en abanicos, zapatos muy estrechos. No hubo vestido que escapara de mi atención.
La historiadora nos comentó que su vida matrimonial fue un rotundo fracaso. Sin embargo, siempre estuvo resplandeciente por una belleza muy innata y por la elegancia de sus prendas. Eso es la moda: un vehículo para satisfacernos y encontrar nuestra plenitud.
Me encantó el vestido verde con tonalidades azules que confeccionó Worth (se los compartí por mi intagram: closethispano). La tela y los detalles fueron trabajados para lograr un efecto visual sorprendente. ¡Una elegancia completa!
No permitían tomar fotografías pero me fue imposible resistirme ante tales bellezas (les dejo algunas que tomé). Sin embargo, para ilustrarles este post encontré otras en Internet.
Un abrazo fuerte,
Ari.