No es la primera vez que les muestro esta enagua y tampoco será la última. La estrené durante un viaje a Medellín que realicé el año pasado a Colombia Moda (aquí). Es del diseñador costarricense Diego Álvarez, al cual pueden ver aquí.
Desde la primera vez que la usé quedé atrapada en sus encantos. La tela metalizada me fascina. Se cierra con zipper desde la mitad de mi muslo hasta la cintura. Tiene una abertura muy sensual. Lo que más me gusta es que la enagua se mueve muchísimo, cuando camino se ondea, el viento la hace abrirse de manera fantástica. Y la mitad de mi pierna queda a la vista de todos. No es mucha piel al aire libre, pero entre mi pierna, el movimiento de la enagua, y los colores no hay nadie que no la vea.
Definitivamente, si es de esos días en los que no quieres que nadie te vea en la calle, esta no es la enagua que debemos usar.
Saben qué es lo que más me divierte de esta falda. Es que cualquiera diría que es de noche, y en realidad sí sirve. Sin embargo, me encanta usarla de día, tiene todo para hacerlo. Es fresca y cómoda. Es elegante, pero si me coloco una blusa más informal puedo ir al parque, o a un café, o hasta a la casa de una amiga.
Así que sin mucho pensarlo, la usé con una blusa de tirantes, de rayas rojas con blanco, fresca y súper casual. La anudé en mi cintura. Me puse unas sandalias de tacón grueso que me son súper funcionales, cómodas y me aportan muchísimo a los looks. Unos maxi pendientes en dorado y un clutch transparente.
Les cuento que esta es mi falda dramática porque cada vez que camino las personas me vuelven a ver como si fuera para un gran evento. Quizás no se podrán imaginar que uno la puede usar para el día a día. Pero, les aseguro que no es nada difícil.
¡Un beso!
Ari: @closethispano