Cada año me emociona mucho ir a conocer las propuestas de los estudiantes de la Universidad Creativa. Este año la temática “green” dejó un amplio margen de inspiración. Hubo muchísimas ideas, desde reciclaje, incorporación de elementos naturales, contaminación, hasta inspiraciones en la situación ambiental global.
Y para contrarrestar, muchos estudiantes usaron materiales reciclados, telas y tintes orgánicos, en fin todo en torno a una tendencia y movimiento llamado “slow fashion”. Esta influencia de moda lenta tiene como premisa tener un armario lleno de prendas no perecederas, lo opuesto a la estresante inmediatez de la cual estamos acostumbrados.
Es importante conocer que esta propuesta “slow” motiva a las personas a utilizar colores y tejidos nada agresivos, que ayuden a sentirse más cómodo y relajado. Y lo que más me llama la atención es que ayuda a no fomentar el consumo indiscriminado de ropa. Es una lucha contra la acumulación de ropa y promueve las colecciones atemporales.
Entre muchas de las inspiraciones que vimos por parte de los estudiantes estuvieron: Ada Barboza con su colección Pikinni. En 1946, en Estados Unidos se destruyó una isla coralina. La diseñadora plasmó en sus diseños la expansión de las ondas de la bomba como protesta.
Por otro lado, Jing Yi Cen con su colección Desglas, se inspiró en el deshielo que está ocurriendo en los polos por el calentamiento global
También Nicole Madriz con su colección Concrete se inspiró en la arquitectura deconstructiva, por ende la primera colección llamada Concrete proviene de la idea del inicio de una construcción.
En fin, todo este sentido de responsabilidad “slow“ y “green” fue en conductor de la pasarela.
Lo mejor de todo es que detrás de todas las propuestas hay un diseñador que es como una semilla esperando germinar en un mundo necesitado de verdor, frescura y novedad.
¡Cumplido a cabalidad Green Fashion Show!
De paso les cuento que fui vestida por el diseñador costarricense Diego Álvarez, egresado del mismo centro educativo.
Un abrazo,
Ari.
Fotografías por Daniel Benavides, 2+2 Studio.