Los milenials somos encasillados fácilmente. Ya perdí la cuenta de todos los artículos que leí donde dice que los milenials no nos queremos casar. Pero quería contarles que somos otro grupo los que sí decidimos casarnos y ser felices.
Tengo muchos conocidos de edades cercanas a la mía, de la famosa generación milenials, que también optamos por esta unión. Yo he aprendido que para el amor no hay una regla, es decir, no porque llevas seis años de noviazgo tienes que casarte. Tampoco que porque tengas ocho meses, te cases y eso te condene al fracaso. ¡Para el amor lo más importante es respetarse y complementarse!
Cuando pensaba en los milenials que sí nos casamos recordé a muchos, pero una de ellas es una amiga y colega del mundo del periodismo Thais Alfaro, quien mantuvo una relación de nueve meses antes de casarse, pero acumulaba cuatro años de ser mejores amigos.
«Lo que aprendimos fue que desde que éramos mejores amigos nos conocimos sin poses, entonces el poco tiempo que fuimos novios nos ayudó a acercarnos de una manera diferente y a reafirmar la convicción de que nos amábamos con todo el corazón.
«No podemos estar enfrascados en caracteristicas de una generación. Desde muy jóvenes, los dos hemos creído en que la familia tiene un valor preponderante», me detalló Thais cuando conversamos de las bodas milenials y lo bello del amor.
Lo que más me encanta de Thais es que rompieron la «regla» de casarse después de años de noviazgo. Ellos tenían la convicción en sus corazones de que se amaban y querían compartir hasta el último día de sus vidas el uno con el otro.
«No debemos buscar cambiar la personalidad de quien nos enamoramos, sino mas bien de mejorar y crecer juntos. Es necesario siempre buscar el bien del otro, no ser egoístas, confiar plenamente en la palabra de la pareja y sobretodo reconocer el compromiso que existe entre los dos.
«Hay que perdonarse todos los días, porque sí, aunque hay mucho amor, también las parejas nos herimos», añadió Thais.
Otra chica milenial en quien recordé es María Eugenia Soler, una costarricense, blogger y estratega de marketing digital, quien tuvo una relación de tres años y medio con un chico que conocía desde la escuela. (Pueden ver más detalles de la boda de Maru aquí)
“Aprendimos, y seguimos aprendiendo todos los días, que nuestra relación y nuestro amor están por encima de todo. Ambos nos escogemos todos los días como prioridad.
“En nuestro caso, Roberto y yo nos casamos porque vemos el estar juntos como un proyecto de vida, es tanto una bendición de Dios como un gran compromiso y un trabajo en equipo con Él“, me contó Mari cuando le pregunté cómo decidieron dar el salto.
Esta importante decisión no es lejana para muchos de mi generación, no generalizo. A mí me parece fabuloso ver a las personas felices y descubrir en el amor un proyecto de vida.
También sucede con las parejas del mismo sexo que no le temen al compromiso. Aquí en España hay una blogger bisexual que se casó con su novia hace algunos meses. Y aunque yo sé que este tema se maneja de manera cautelosa en algunos países latinos, yo sí apruebo el amor sincero y la felicidad.
Las bodas milenials y sus temáticas.
Así como sucede en esta importante decisión, también pasa en el concepto de celebración que queremos. ¡Ahora las hay de todos los tipos y gustos! Mi esposo y yo la hicimos en la montaña, la iglesia era muy importante para nosotros. Yo quería muchas flores, mucho color, en fin, trabajamos duro para tenerla.
“Para nosotros tener una boda pequeña no era una opción ya que la familia de Roberto es muy grande y ambas familias son muy unidas. Era muy importante compartir el día más especial de nuestras vidas con nuestros seres queridos. Aunque sí nos dimos gusto con muchas cosas tampoco descuidamos el presupuesto”, añadió Soler.
Ojo aquí chicas, hay quienes prefieren una boda grande, otros más pequeña, una luna de miel fuera del país o dentro. Lo importante es que realicemos lo que queremos, lo que nos gusta y lo que nos hará felices.
«Todo fue pequeño. Nos casamos en Playa Potrero porque tenemos familia en Guanacaste y somos aficionados al mar. Invitamos a nuestros amigos más cercanos y durante el atardecer dimos el sí.
Fue inolvidable porque el escenario era el que siempre habíamos querido. Jonathan logró encontrar opciones que se acomodaran al presupuesto y Dios nos dio la bendición de poder viajar en nuestra luna de miel a Cuba», agregó Alfaro.
Sentí la necesidad de escribir esto porque no podía permitir una generalización de esa magnitud, que arrollara la opinión de quienes nos casamos y decidimos ser felices.
Un beso a todos y muchas felicidades a quienes están próximos a casarse,
Ari –> los veo por aquí @ClosetHispano