No puedo dejar pasar el día sin escribirles.
No puedo decirte que la vida es fácil porque estoy segura que todas hemos enfrentado tragos amargos y, a veces, persistentes. Hay mujeres intentando quedar embarazadas, otras que no lo consiguen, otras deseando que no hubiera pasado. En fin, hay historias infinitas como las mujeres mismas.
No puedo decirte que esto que vas a leer es unánime para todas las de mi mismo género porque no lo es. Cuando tuve cuatro meses de embarazo leí un artículo que decía: “para este mes usted se sentirá radiante, con el cabello brillante y una luz agradable”. Yo no estaba así: me encontraba en reposo porque tuve unas contracciones, con el rostro brotado, ojeras y preocupada por mi bebé. Así que en aquel momento, aún hoy, aquel texto me pareció generalizado, vacío, escueto y egoísta. No puedo decirte que todas las mujeres vivimos lo mismo. No es así.
No puedo decirte que dar a luz fue fácil, porque casi acaba con mi vida. Puedo decirte que a otras mujeres no les cuesta nada porque me lo han contado. Te puedo decir que una vez que Nico salió, mis brazos sostenían el regalo más grande que Elías y yo hemos podido recibir. Pueden traerme un Ferrari, una Harley Davidson, una Ducati, una casa, un viaje; elegiría a Nicolás todas las veces.
No puedo decirte que he olvidado el primer llanto de Nico porque lo escucho cada día de mi vida. Es parte de mi motor porque para él soy su protección, su alegría y su esperanza.
No puedo decirte que llegar a casa me fue fácil. Desde que entre me senté a llorar toda la tarde. Estábamos sólo él y yo. Si me piden que lo explique no puedo. Sólo me senté a llorar. No necesitaba que alguien me dijera cómo hacerlo, sólo necesitaba que me dijeran que todo iba a estar bien.
No puedo decirte que no pensé en mi mamá. Era más que eso: la quería ahí conmigo, la necesitaba cada segundo y la extrañé como si hubiera fallecido ayer. No tuve que preguntarle a Dios por qué, pero tuve que volver a vivir un duelo muy diferente. Fue una sensación que no pensé experimentar aún cuando su partida se dio hace 22 años.
No puedo decirte que mi vida continuó igual. Tampoco puedo decirte que la maternidad es como me la pintaron en las revistas o en las películas. No. Nicolás me puso los días de cabeza, pero no tienes idea lo que disfruto de caminar con las manos. No puedo describirte mi rutina porque no tengo. Mi única rutina es la de amar y agarrarnos de Dios, lo demás lo iremos aprendiendo.
La maternidad y la moda me recuerdan la -a veces- vacía intención de encasillarnos a todas por igual. Fotografías perfectas que cuando las vives a diario te das cuenta que hay un vacío en la congruencia. Tenemos que ser muy fuertes, objetivas, sinceras y activas para no dejar que esa marea de utopía nos revuelque en frustración. Así que no puedo decirte que todo es color de rosa porque he descubierto muchas verdades que no nos dicen. Pero es de las tareas más complejas y más gratificantes porque en un abrir y cerrar de ojos te das cuenta que sos mejor persona.
Cuando me levanto por las mañanas después de una noche donde Nico se despertó varias veces, donde lloró intensamente y donde solo quería pecho pienso: tengo dos opciones. Una, estar amargada todo el día. Dos, reírme con él como si nada pasara porque él sólo busca que lo abrace, que lo proteja y que duerma con él.
No puedo decirte que todo ese torbellino emocional ha sido en vano. Cada lágrima, cada dolor, cada frustración, cada alegría, cada sonrisa, me han enseñado a abrazar a la maternidad; mi maternidad.
No puedo justificar el machismo porque he visto a Elías hacer cosas que en los tiempos de mi madre no se pensaba. Leí en un documental: “un hombre que cambia pañales puede cambiar el mundo”. Ahora entiendo que es cierto. No puedo decirte que esto lo vivo sola porque Elías camina conmigo. Ambos intentamos ser mejores personas, excelentes padres y mejores esposos.
No puedo decirte que ser mamá para mí no fue maravilloso porque fue más que eso. Sobrepasó mis expectativas. Es un terraplén emocional y de acciones que borraron mis estructurados días para hacer feliz a una criatura y para que yo sea una mejor versión de mí. Puedo negarte que las mujeres somos seres humanos simples porque ser madre es un súper poder. No tengo la menor duda.
¡Feliz día mamás! Con un cariño inmenso,
Ari? @ClosetHispano