Por: Angie Fernández, psicóloga.
En esta ocasión quisiera empezar contando que yo no soy mamá y por ende no puedo dimensionar todo lo que lleva un posparto en la vida real, sin embargo, desde la psicología sabemos que es un impacto psicosocial en las mujeres y que junto a ese bebé que acaba de nacer, nace una nueva versión de la mujer, su faceta de madre.
En mis redes sociales pregunté qué había sido lo más difícil del posparto, acá te dejo una lista de las situaciones que mencionaron:
- El tema de lactancia, el temor o la presión social de no poder hacerlo bien, los horarios y a veces la frustración de que el bebé no reciba los nutrientes necesarios.
- El cambio de chip de “mujer a madre” el cambiar salidas, fines de semana, estar con un ser humano que pasa llorando y aprender el nuevo lenguaje del bebé.
- Aprender el cómo lidiar con comentarios hirientes y con las personas que juzgan la crianza del bebé.
- Lo cambios en el cuerpo a nivel físico y psicológico.
- Luchas diarias con el miedo y la angustia de no saber si se están haciendo las cosas bien
- El no volver a dormir con normalidad.
- Cumplir con el rol de “la mamá que debería de ser”.
- Sentir pena de pedir ayuda, caer en una depresión posparto.
- Estar sola con un bebé de alta demanda.
Al leer todo esto creo que nos damos cuenta que esta nueva fase no es fácil y que por más amor (que no dudo que ninguna mamá de las que expreso esto, ame a su bebé con todo el corazón) es difícil.
Una persona me dijo:
“cuando nace un bebé, nace una mamá con miles de miedos”
Que lindo saber que no estamos solas y digo que estamos porque la maternidad nos vuelve tribu.
Nos vuelve tribu cuando llamas a tus amigas diciéndoles que ya no sabes que hacer, nos vuelve tribu cuando buscamos el apoyo en una hermana, nos vuelve tribu cuando entre todas nos ayudamos y no juzgamos la maternidad de otra persona, sino la acompañamos desde un camino de amor, empatía y respeto.
Ninguna mujer debería quedarse en silencio por el miedo a ser juzgada o no entendida en esta nueva etapa; los sentimientos encontrados en el posparto son reales, válidos y en gran medida son normales. Tener todos estos sentimientos encontrados no te hace ni más ni menos “mamá”, está bien ser vulnerable y aprender de eso.
Si estás pasando por un posparto o conoces a alguien que está en esta etapa recuérdale que: ¡No está sola! Sigamos trabajando por una maternidad empática, llena de luz y amor, donde seamos conscientes como sociedad de que es un proceso y cada madre tiene derecho de llevarlo a su ritmo.