Uno de los detalles más valiosos de Madrid es que muchas de la actividades vuelven a la normalidad después del Día de Reyes, por lo que aún sigo de vacaciones. Con esa escusa decidimos aventurarnos en un roadtrip por el sur de España. ¡Hay tanto por conocer!
Varias personas me dijeron: “te vas a enamorar de Sevilla”. Yo no tenía la mínima duda de que me gustaría, pero cuando llegas la sensación es mucho mayor que tus expectativas.
Llegué en un día lluvioso y hasta eso es bonito. La lluvia cae más sutilmente, sus gotas son más suaves así que una caminada bajo esa maravilla fue lo que hicimos. ¡Muy terapéutico!
Hoy dejé que el destino nos guiara y llegamos a Plaza España. Un edificio encuadrado en el Parque de María Luisa que fue construido en 1920. Aún con su restauración, aquella riqueza monumental, su lago, botes, carruajes, árboles se convierten en un calor arrollador. ¡Podía quedarme todo el día!
Y es que es eso: Sevilla tiene un color diferente, un brillo distinto.
Pasamos también por la Catedral. Adentro hay un mausoleo donde están los restos Cristóbal Colón. Pero me sorprendió más su estructura, ¡como alguien puede diseñar esos altares tan llenos de detalles! Mis partes favoritas fueron dos: su campanario, aunque he subido a varios, ese tenía muchísimas campanas juntas. Y el otro es su jardín cargado de naranjales que parecen de cuento de hadas.
Hoy fue uno de esos días en los que ocupaba mis zapatos todoterreno, según el pronóstico de mucho caminar. Yo los usé con un pantalón verde militar y una camisa rosa, la combinación me hacían sentir más exploradora y femenina. ¡La indumentaria y sus sensaciones! Mi bolso costarricense de la marca Autóctono por Álvaro Núñez.
Mañana viajamos a otro lugar de esta tierra andaluza, así que pronto les comparto el latir de mi siguiente parada.
¡Un beso!
Ari.