Me recibió en su casa, en su estudio, en medio de lo que veremos en el Mercedes-Benz Fashion Week San José y de vestidos de alta costura.
Me recibió en su casa, en su estudio, en medio de lo que veremos en el Mercedes-Benz Fashion Week San José y de vestidos de alta costura.
Daniel Moreira desde niño conocía que sus destrezas eran muy artísticas, le encantaba dibujar y através de eso cosechaba amistades.
Apenas concluyó la secundaria, Daniel se fue a estudiar a Los Angeles Trade Technical College por tres años.
“Después pasé de Los Ángeles a Nueva York. Fue un momento bastante difícil, yo había hablado con la manager de la tienda Oscar de la Renta para obtener una pasantía.
“Sin embargo, yo asumí que ya la tenía, le dije a mis papás que ya tenía trabajo y una tía allá me dio hospedaje, según yo, por una semana”, me explicó Daniel.
El costarricense recorría dos horas en tren desde la casa de su tía hasta Manhattan. Iba exclusivamente a hablar con la recepcionista ya que nadie lo atendía, o muy a lo tico: nadie le daba pelota.
“Tras dos meses de insistir, un día la muchacha de la recepción me dijo que ya era molesto que siempre llegara y que mejor me fuera. Justo al irme le enseñé mi portafolio, ella se sonrió y llamó a un amigo.
“Bajó Raffaele Ilardo, el director del sample room, me vio y me dijo que volviera el lunes”, añadió
Y así lo hizo, regresó el lunes,
vieron su trabajo y le pidieron que iniciara el siguiente día porque quien hacía los bordados se había incapacitado.
“Me pusieron a hacer diagramas de bordados que se mandaban a la India. A los tres meses como yo era un sapo me ascendieron como el segundo asistente de Ilardo.
“Ahí mi función era mas creativa. A los dos meses, ascendieron al primer asistente y yo ocupe su lugar, eso me dio la oportunidad de aprender cómo montaban la colección, cómo seleccionaban la paleta de colores, cómo intercambiaban los textiles”, me comentó Daniel.
Tras cinco colecciones que el costarricense estuvo en Oscar de la Renta decidió regresar a Costa Rica.
Para muchos parecería una locura estar allá y decidir volver. Sin embargo, su interior sabía el norte a seguir.
“Pasar de Nueva York a Costa Rica fue mi mejor decisión. Nueva York es la capital de la moda, ahí ocurre demasiado y aquí nada. Allá aprendía mucho dentro de muchos otros excelentes profesionales. Decidí volver acá donde nada esta hecho como para empezar a ser parte de la industria, ser parte de un pilar”, me comentó este audaz joven.
El año de su regreso hizo un vestido de graduación, al siguiente hizo 45 y ahí ha ido creciendo.
“Renunciar y venirme no me fue difícil porque en realidad no me cuesta cerrar etapas, soy emotivo pero si tengo ese desapego porque cada colección se va rápido, cada año pasa rápido”, agregó
Pasarela MBFWSJ. El año pasado Daniel Moreira tuvo la oportunidad de presentar sus diseños, y en esta segunda entrega deleitará también.
Serán 15 creaciones de alta costura, todos con un nivel teatral muy grande.
“Está inspirado en los elfos, en la edad media, en un Señor de los Anillos, algo muy mágico. Soy fan de la mitología”, me explicaba con una ilusión que hasta se puso de pie para hacerme comprender lo que por su mente pasó.
A su vez, Daniel propuso que la colección en Costa Rica se manejara como dos estaciones: verano o crucero y estación lluviosa. Me explicó que se motivó en busca de una identidad propia para nuestro país.
Bajo ese concepto nace Selva Negra.
“No esta inspirada, es un viaje, es un teatro, amo el drama y la ilusión. Es un viaje a través de la selva de día, noche y amanecer. Es jugar con las tonalidades.
“Por ejemplo en la selva tropical de día es oscuro porque el follaje se tapa con las hojas, después se ve un rayo de luz. Yo vi la historia de una persona parada un día entero en esa selva negra y veía todo el pasar de colores. Empieza colorida y se va oscureciendo con forme va pasando”, me explicó el creador costarricense.
Las palabras se harían extensas para explicar la ilusión de Daniel en cada creación. Pude adelantarme y apreciar las prendas de Selva Negra en su casa y es la verdadera evolución del día a la noche: entre experiencia, visión y fantasías.