Mamá Millenial

¡Berrinches! Hasta la palabra asusta

By Ariana Fernández

February 24, 2020

Vamos a empezar siendo comprensivas con todas la mamás porque es inevitable que en algún momento nuestros(as) hijos(as) hagan berrinches. Y es realmente paralizante porque socialmente nos vuelven a ver con el juicio de: “esa mamá que no pone límites”. Mientras una con pena, con susto, con desesperación (o cualquier otro sentimiento) busca qué hacer para que el berrinche finalice.

Lo cierto es que los berrinches nacen de esa sensación de autonomía que nuestros(as) hijos(as) van teniendo. Ellos(as) descubren que hay un montón de actividades que pueden hacer solitos y que también pueden decir no. Con forme crecen se sienten más libres de tomar decisiones y sus formas de berrinches cambian porque tienen más ideas de qué hacer, ya saben que no esta bien y que le molesta a mamá o a papá.

Distráelo.

Una vez que el berrinche a iniciado busca distraer a tu hijo(a). La intención es sacarlo de su frustración. Es difícil, lo sé. Pero podemos hablarle de algún juguete favorito, mencionarle que cuando se calme vamos a poder disfrutar de unas uvas, pedirle que nos lleve donde esta x cosa que le guste.

Anticipa el berrinche.

En ocasiones, nosotras como mamás logramos ver en qué momento ese berrinche se aproxima. Hay actitudes de nuestros hijos que nos alertan. Una vez que las veas inicia a distraer la mente de tu hijo(a).

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Habla con él previamente.

Esto es clave para todo. Hablar con nuestros(as) hijos(as) acerca de lo que vamos a hacer, o contarles por qué vamos a hacer tal cosa; eso les ayuda a que el cambio no sea tan brusco. Dile: Oye Sebas, ven te voy a explicar (y le empiezas a contar). Parece que ellos no prestan atención, pero sí entienden y sí te escuchan.

Dile lo que no esta bien.

Tenemos que ser claras con ellos(as) de lo que no esta bien. En el kinder de Nicolás me explicaron que es mejor decir: no esta bien; en lugar de: eso esta malo. La primera forma es más suave y con un carácter más tenue para decir que eso no se hace. Cuando decimos esta malo ya emitimos una intención más brusca y puede crear un rechazo al inicio.

Si es en casa, ya hablaste con él(ella) y aún así se tira a llorar ¡déjalo!

Estoy intentando que Nicolás juegue solo. Me ha costado mucho porque siempre esta acostumbrado a nuestra atención. Pero lo que estoy haciendo es hablar con él previamente y explicarle; dejarlo solo y continuar con lo mío. Si él llora y se desespera intento calmarlo reforzándole lo que dije, pero si continúa llorando lo dejo ahí. Que llore un rato. Si tu hijo(a) se tira o patalea, cerciórate de que no hayan objetos que puedan lastimarlo.

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Los berrinches se van transformando con el tiempo. Estos son algunos consejos que he puestro en practica con mi hijo de 2 años. Ya te contaré si dentro de un año debo sumar otros.

Un abrazo enorme,

Ari.

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