Hay días que arranco de manera muy automática. Casi sin pensarlo ejecuto acciones que mi cerebro sabe realizar sin mucho pensar. Atiendo a Nico, preparo desayunos, lo alisto para sus clases. Cuando mi cuerpo me lo permite hago ejercicio, algún mandado, hago una que otra cosa en la casa. Alisto almuerzos, cuido a Nico mientras reviso mis pendientes, le pongo la televisión. Le doy merienda, preparo el café. Salgo a caminar con él, hago alguna actividad, vamos a natación o a veces le vuelvo a poner el televisor. Lo acuesto y cuando cae rendido pienso: “ahora sí, ¿qué tengo que hacer? Voy a escribir o mejor me pongo a editar”.
Cuando me doy cuenta el reloj marca las 12m.n y ya el cuerpo no quiere pensar. Pero lo único que pasó por mi cabeza fue: “no hice nada”. Que tortura esa frase. Que auto flagelo más cruel. Por si fuera poco me acuesto estresada por lo que no hice, en lugar de agradecida por lo sí hice.
Dejo pendientes pláticas, mensajes que nunca envié y otros que no pude responder. Dejo extensa la lista de series que ver, libros que leer y textos que escribir. Como si fuera poco dejo pendiente tareas del día anterior. Cualquiera que me lee podría pensar: ¿qué tanto hacen las mamás que se quejan de que no les alcanza el tiempo?
Yo también me preguntaba lo mismo antes de ser mamá. Ahora que lo soy he pasado mucho tiempo lidiando con la culpa. No ha sido un mes, dos o tres, han sido años. Hasta ahora estoy trabajando en ello y me he tropezado varias veces. El tiempo no lo podemos cambiar porque ni siquiera tenemos garantía de poseerlo, nuestros hijos(as) son bien recibidos siempre y parte de su modo de vida es comprender que mamá tiene otras cosas que hacer.
También: Una pérdida.
Me ha tocado lidiar con la culpa. Es de las acciones más importantes que podemos trabajar. La culpa nubla nuestro cerebro, hace más pesado el camino y nos conduce siempre al fracaso. Empezamos a arrastrar culpas que no vienen al caso. Culpa porque el almuerzo no quedó como queríamos, culpa por no poder jugar con nuestros hijos. Culpa por no hacer nuestro trabajo como estábamos acostumbradas, y podría seguir.
Razones para culparnos sobran. Pero la razón más valiosa para no culparnos es nuestra salud mental. Es ahí donde debemos poner nuestra concentración y esfuerzo. Me ayuda pensar que hago lo que puedo con lo que tengo.
Además, he tenido que plantearme objetivos realistas. No es conformismo, es comprender que hacemos mucho. A veces podemos pensar que en dos horas vamos a responder emails, hacer el almuerzo, darle pecho a nuestro hijo(a), ir al supermercado y quien sabe qué otra actividad que pasa por nuestra mente.
Quizás en esas dos horas solo pudimos darle pecho al niño(a), dormirlo y bañarnos. Antes podíamos más y nos carcome la culpa. Pero hay que entender que antes éramos una y ahora somos dos, tres, cuatro o más.
También: Cicatrices hilvanadas hasta el alma.
Parece mentira, pero todo pasa. Cada etapa trae sus maravillas y sus retos. Pero todas las etapas pasan. Cuando son recién nacidos no nos queda tiempo para nada, sentimos que dejamos nuestra vida totalmente en el olvido, que nada lo terminamos bien; no comemos bien, no dormimos bien… Pero pasa y pensar en eso nos podría traer alivio, así como pedir ayuda.
A veces costará mucho aceptarlo, pero es muy necesario contar con ayuda. Puede ser una tía, la abuelita, una prima o una amiga, pero alguien que te colabore a quedarse con ellos(as) mientras tu tomas tiempo para respirar.
En ocasiones, nos castigamos hasta el simple hecho de pedirle ayuda a la niñera. Pero es válido. Existen esos días donde nuestros hijos quedan con la niñera un rato mientras mamá se atiende en un café, en el cine, en el parque o hasta durmiendo.
También: Incompleta.
Con eso es muy importante no castigarse el tiempo para ti. Peor aún es poder destinar tiempo para nosotras y estar incomodas o con un sentido de culpa irracional. No nos castiguemos por un tiempo a solas. Necesitamos tranquilizar la mente, soltar una carcajada, guardar silencio, lo que sea. Una mamá feliz es un hogar feliz.
Todo eso vengo implementado para que mis sentimientos, mi pasión y mis destrezas no se queden relegadas en la maravillosa vida de ser mamá.
Con cariño,
Ari Fernández.
3 COMMENTS
Excunty
2 años agoGeneric Clobetasol Eczema No Prior Script Joitecom cialis generic online scieta Cialis E Ulcera
Kwgdmurb
2 años agoonline homework tutoring help need help to write an assignment essays harvard
ValeriaEsope
2 años agoдля вас акция всем новичкам, получить joy casino бездепозитный бонус джой казино скачать на андроид приложение